Hoy estreno una nueva categoría en el blog inspirado en el sádico villano hermafrodita de Mazinger Z. Será de críticas que balanceen lo bueno y lo malo del objeto a elogiar/destruir. Me parece colorido comenzar esta sección con Grindhouse de Robert Rodríguez y Quentin Tarantino.
Antes de entrar en lo suculento, permítanme regodearme en una no muy necesaria introducción sobre mi contexto personal para con esta película. Yo crecí en Venezuela en los años ochenta y nunca fui al cine a ver una función doble, exceptuando la vez en la que una de mis tías nos llevó a mis primos y hermanos al autocine, y al terminar la película le suplicamos para quedarnos a ver la que proyectaban al otro lado de la pantalla. Ya olvidé qué películas eran, pero siempre recordaré que mi tía dejó que nos escondiéramos en el maletero y bajo los asientos, malcriando a sus sobrinos y ahorrándose unas cuantas entradas en el proceso. Eso en cuanto a la "experiencia Grindhouse".
Con respecto a la temática, mi inducción a los subgéneros del cine vino de la mano del Betamax, pues no teníamos cable (sólo existía un canal) y lo que pasaban en Venevisión y RCTV venía todo tijereteado. Ir a Beta Color Yamín era mejor que estar en una juguetería. Por aquel entonces, valores como la estética y el presupuesto pasaban desapercibidos ante nuestro ojos. El "beta" de Ghostbusters se dañó de la misma manera que el del Vengador del Año 2000. Léase: de tanto rebobinarlas.
Claro está que nunca vimos películas de mujeres en cárceles, ni locuras de Russ Meyer, pero sí que nos intoxicamos con basura entretenida: Yor, el guerrero del futuro, por ejemplo, era un cavernícola que luchaba con naves espaciales, calculen ustedes. ¿Por qué nos gustaban tanto? Tal vez porque dentro de sus 78 minutos de duración, cualquier cosa era posible, pero también porque garantizaban: a) disparos y persecusiones; b) artes marciales; c) gadgets electrónicos; d) muertes creativas; e) al menos una escena de miedo; f) explosiones. Se preguntaran qué tal estaban las chicas... pues teníamos diez años y las chicas no nos interesaban: sólo se interponían entre una escena de acción y otra. Ahora, dejemos a los ochenta y adentrémonos en la crítica de hoy.
Superado el trauma de la división de Grindhouse por razones que no me acaban de convencer (aunque esto fue tema de un antiguo post), por fin logré reunir las dos partes en DVD para ver la obra como sus creadores quisieron que fuera: una tras la otra con 4 trailers de por medio. Había alquilado (y copiado) Planet Terror un mes atrás y hace dos días salió Death Proof (los del videoclub tuvieron la amabilidad de reservármela), así que mi esposa y yo preparamos las cotufas (a.k.a. palomitas para los lectores no habla venezolana), los refrescos, y subimos al máximo el volumen del home theater.
Minutos antes hablamos de Jackie Brown, Kill Bill, Sin City... y del presentimiento (luego confirmado) de que Rodríguez/Tarantino estaban repitiendo el truco que hicieron con From Dusk till Dawn: dos películas en una. Las expectativas eran grandes (estratosféricas, en mi caso): había pasado demasiado tiempo desde que anunciaron este proyecto y nos habíamos contenido de leer cuanta vaina salió en revistas, prensa e internet. Dejando cualquier rastro de escepticismo a un lado, le dimos play al DVD.
La primera mitad de Grindhouse, Planet Terror (PT) comenzó con el trailer de "Machete", dos minutos de perfección pura: narración cutre, zooms toscos, motas de polvo en la banda sonora, Danny Trejo sobre una moto con una metralleta empotrada y Cheech Marin haciendo de cura vengador... Sin embargo, ya nos extrañábamos porque se suponía que el trailer vendría al final (y lamentablemente, fue el único que vimos, ya que por razones que sólo los Weinsteins sabrán explicar, los otros 3 trailers no están presentes ni en PT ni en DP). Por ahí, un punto muy negativo.
PT estuvo muy entretenida, aunque sin pena ni gloria. Me reí bastante y disfruté con su obsesión infantil por asquear al público: Naveen Andrews cayendo de jeta sobre un charco de formol y testículos amputados (coño, pues si, leyeron bien), por ejemplo. Y me estuve riendo unos buenos minutos tras el infame "missing reel" que nos dejó sin saber que pasó entre el final del segundo acto y el principio del tercero. La banda sonora estuvo estupenda, con esos riffs sintetizados tan ochenteros, los efectos de sonido ridículos y las inconsistencias de calidad, todas clavadas. Lo mejor fue el reparto: con un resucitado Michael Biehn representando a los ochenta, Bruce Willis de malo (grandioso siempre ante las órdenes de Tarantino y Rodríguez) y Tom Savini aportando el guiño-de-ojo a quienes lo pillamos. Rose McGowan estuvo ok, pero su personaje daba para más y estuvo un poco "huevo sin sal", salvo en los últimos segundos, que evocaron de manera tan genial la promesa de lo que esta peli debía ser y no fue.
Ahora lo malo. Para comenzar, lo que vimos fue una versión más larga que la original. Estoy seguro que apretando la edición hubiese quedado mucho más divertida y emocionante. Pero apartando esa variable de fácil solución, la película cometió dos errores garrafales según como lo veo: preocuparse más por la forma que por el fondo y tener mucho presupuesto. Ahí no hubo defectos generados en post producción que lograsen transportarnos al mundo niche en el que se regodeaban los creadores, porque por cada toma mal expuesta había un shot de steadycam o grúa que rompía la magia, y con bastante frecuencia. Un presupuesto precario les hubiese forzado a emplear recursos caseros más acordes a este tipo de cine. Lo mismo va por emplear digital y abusar de los efectos digitales. Yo hubiese rodado en 16mm -o incluso en super 8-.
Pero más allá de la estética, el fallo estuvo en el guión: no aportó nada nuevo. Esto me dejó un sinsabor porque sentí que vimos un refrito típico de Cinemax, aún entendiendo que los agujeros en la trama fueron intencionales. Pero una cosa son los "agujeros" y otra muy distinta las oportunidades desperdiciadas. Tomemos, por ejemplo, al perro de tipo del BBQ, que pudo (y debió) convertirse en un engendro diabólico (en plan Bodysnatchers de los 70s).
A mi parecer, todos los elementos estuvieron forzados, no como Bad Taste de Peter Jackson, que evocó el subgénero para crear algo nuevo. En PT no sentí el espíritu de "cualquier cosa puede pasar" (salvo el niño que se suicida... sin duda el momento más "what-the-fuck?"). Y lástima, porque ese era el ingrediente base, además de las rayas en pantalla, los fetiches con las armas, el salpicadero de sangre y el rockandroll arrabalero. Antes de pasar a la segunda mitad de Grindhouse quiero mencionar que hace pocos años salió una asquerosidad llamada "Slither", que comparte las mismas aspiraciones que PT y bebe de las mismas referencias gore, pero es mil veces más entretenida. Planet Terror parece una copia b de Slither.
Y ya que estamos, Rodríguez es un tipo genial. Por ningún motivo pienso perderme su próxima película.
Hablemos ahora del plato fuerte de este programa. No, no me refiero al segmento de Quentin, sino a los trailers. Ok, ¿Qué tienen en común todos los largometrajes de explotación? Que jamás superan en diversión a sus pósters, trailers, e incluso a sus slogans, con la notable excepción de Death Race 2000 y Sleepaway Camp (bueno, seguro que hay más, pero no las he visto). Tanto es así que mi amigo Oz tiene un DVD de puros trailers (por cierto, Oz, quémame ese DVD!) y es uno de los mejores en su obscenamente gigante colección. Aún recuerdo joyas como Mission BATANGAS! y Phoenix the Ninja (toooodo es un sueeeeñño!!). Pero ¿saben una cosa? Nunca las vi. Sus trailers bastaron para formar parte del referente pop entre mis hermanos y amigos.
Los trailers son fantásticos porque te muestran las únicas partes de estas películas que merecen la pena ser vistas. En otras palabras, si estas b-movies son un chicle Bubaloo, sus trailers son el relleno líquido. Por eso es que los trailers de mentira que forman parte de este Grindhouse son mejores que las películas (a mi parecer). Al final los tuve que buscar en YouTube, y definitivamente me quedo con el de Eli Roth. Es demasiado cómico.
Continuemos. Superado el trauma de los no-trailers, procedimos a ver Death Proof, con el grande de Kurt Russell!, de vuelta a la clase de películas a las que pertenece: Escape from New York, Rescate en el Barrio Chino... rayos! incluso hasta Tango&Cash. La peli arranca a todo dar con música típica de Tarantino, unos pies descalzos en close up, y una secuencia de créditos (revelándonos casi de modo subliminal que el verdadero título es Thunderb...). Mi esposa y yo dijimos: "ésta sí que va a dar en el clavo".
Y dio, durante unos 3 minutos. De ahí en adelante notamos que estábamos ante una genuina película de Tarantino: nace de un género abandonado, pero se convierte en un monstruo propio. A los créditos le sigue una escena de tías hablando paja en un carro, que si bien tienen su gracia, tampoco es que sean gamberros discutiendo Madonna, y primer síntoma de que al carro (por lo menos en esta carrera) le queda poca gasolina. No importa, dijimos, seguro que se trae algo sapo entre manos. Pues las tías se van a un bar, sale Eli Roth pero no hace nada, sale Quentin Tarantino quien tampoco hace nada, y ya me empiezo a molestar, porque en PT desperdiciaron a Michael Parks (eso sí, Quentin se botó con esa línea de "I'm gonna get my dick wet"). Entonces ponen canciones arrechísimas en la rockola y tampoco pasa nada, bueno, Kurt Russell intimidando un poco, pero hasta ahí. Quiero aclarar que no necesito una edición a lo Mtv ni explosiones cada 2 segundos para captar mi atención, pero los diálogos de esta primera mitad no son tan curiosos como, digamos, un capítulo de Seinfeld: son sonsos a mi parecer, pues resultaron predecibles en su condición de Red Herring (traduzco: que Quentin tira pistas falsas de por donde puede ir la trama para que quedes en shock cuando las (supuestas) protagonistas mueren antes de la mitad de la película. Psycho this ain't. No veo cómo puedan resultar interesantes en un segundo visionado de la película.
Pasados unos 45 minutos de música y paja es cuando comienza DP: nuestro psicópata protagonista asesina a las chicas con su automóvil a prueba de muerte. La escena es fina, pero no impacta porque, como ya dije, Quentin nos ha aplicado el mismo truquito y ya sabemos por dónde va. Recuerden la escena de la inyección en Pulp, la cortada de oreja en Reservoir Dogs, la sutil muerte de Beaumont en Jackie Brown... se ha vuelto formulaico: horas de "no pasar nada" para luego un instante de impacto. Aún así, coño, el caucho (neumático, again, para los lectores españoles) pasando por la cara de la tía pagaba la entrada.
Corte a 14 meses después y vemos al Sheriff Earl McGraw (de Planet Terror y From Dusk...) hacer suposiciones que son ciertas, que Kurt Russell no sufrió un accidente, sino que las mató a propósito... "Vaya, las películas se van a entremezclar!" supuse, anticipando una sinergia entre ambas mitades.
Pero no. Se trata de una simple referencia más, como muchas otras que no van a más (cigarrillos Red Apple, politono del celular de Kill Bill, Big Kahuna Burger, etc...), lo cual me da a pensar que más que un homenaje a las películas de clase z, este proyecto es un homenaje a ellos mismos. Incluso la gran persecución final se queda corta para mi gusto. Death Proof es 100% Tarantino porque lo que nos muestra es 100% fetiches del director, los cuales han sido de nuestro gusto en ocasiones anteriores, pero ya se van tornando cansones.
Como habrán notado, esta crítica es larguísima y está plagada de alusiones personales. Para mí son importantes, pero no necesariamente para ustedes. Lo mismo pasa con DP. Se nota que se divirtieron filmándola, y creo que Zöe Bell se hará famosa tras esto, pero no dejo de pensar que se trata un producto menor que no trasciende más que un pie de página. Conclusión: ¿Tiene alguno de ustedes Four Rooms dentro de sus Top 50?
Hey Carlos!!!
ResponderBorrarMe sorprende mucho tu veredicto. En principio, porque estoy completamente de acuerdo. Jamás pensé que podrías hablar de esta película objetivamente por la admiración que sientes por Tarantino. Como sea, un par de aciertos... Pero de pana, bajo perfil. Lo mejor sin duda, fueron los trailers.
Caque
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderBorrarLa verdad es que tenía muchas expectativas. Sé que la idea del grindhouse es hacer algo "chimbo", pero la trampa está en que las originales les salía mal sin querer (falta de recursos, talento, etc...) Lo que Tarantino y Rodríguez querían hacer era un equivalente a lo que hizo Tim Burton en Ed Wood, hacer su película fetiche, pero yo hubiese preferido que usaran los elementos "Finos" e hicieran algo nuevo, no un checklist de vainas que poner.
ResponderBorrarAún así, pienso volver a verlas.
...a todas estas Quentin campanea un frío whisky on the rocks con la mirada puesta en la etiqueta de un White Label que tanto publicitó.
ResponderBorrarHay un pequeño nivel de confusión en lo que se refiere a grindhouse, con películas chimbas… sorry its not the same, aunque es fácil involucrar los dos “géneros” y confundirlos, dos vainas muy distintas.
ResponderBorrarGrindhouse son películas de explotación, películas que los estudios no podían soltar en un cine porque eran demasiado “sádicas”, en el sentido que los temas y las escenas eran lo más brutales y graficas que se podían, de muy bajo presupuesto y de gente no conocida. No tiene nada que ver con la basura que nos trajo los ochenta, ni malos slasher films, a pesar que Grindhouse tiene slasher films.
No solo escribo esto con objetividad pero realmente no debería de importar quien dirigió la película o como la hizo, un film es un film lo haga quien lo haga.
Odio sonar pretencioso, más que eso, odio comentar de reviews de la gente, lo hago contigo Carlos because is you, al final todo suena como una defensa innecesaria de algo que no tiene que explicarse.
Grindhouse es algo para los fans del género. “se preocupa más por la forma que por el fondo” ese es todo el punto de un “grindhouse”, blood, tits, bad ass chicks, fast cars y los temas más incomprensibles del mundo eso es lo más importante de este género. La actuación y las demás características de una “buena” película quedan de segundo plano totalmente. Por ejemplo:
El tener “Missing reals” es gran parte de la diversión de la película, obviamente no es sobre la historia, o también cambiar grandes partes del dialogo en Planet Terror para que Rose tenga más chance de decir la palabra “Fuck” ya que lo dice con un “awesome sound“como dijo Robert Rodríguez en una entrevista.
Al final creo que es “you get it or you don’t” los fans del genero celebramos, los críticos celebraron. Cannes celebro “Death Proof” y bueno obviamente no gusto, al final insisto que es porque la gente no sabía lo que iba a ver.
Por último, los trailers saldrán en la edición especial de grindhouse, que no tiene fecha todavía. Se dice que a mediados del próximo año. Con una versión directa a DVD de Machete, y se termina el proyecto grindhouse, que es una verdadera lástima porque no podremos ver la película completa de Rob Zombie’s The Werewolf Women of the SS, Don’t.
Desafortunadamente Eli Roth si está grabando thanksgiving que es el tercer trailer “falso” de Grindhouse.
Fulci will be sad to read this review...