Un poco de pajita primero.
El 14 andábamos mi esposa y yo en Madrid por cuestiones laborales y al terminar le dije: "por qué no vamos al cine antes de ir a casa?" así que nos acercamos al siempre fiable Yelmo Cineplex (que proyecta las películas con sus idiomas originales, no dobladas al castellano) y, tras una hojeada rápida a nuestras opciones, decidimos entrar a ver la de los hermanos Coen. Pero de pronto salió un empleado del cine preguntando si alguien estaba interesado en dos entradas para el estreno de Sweeney Todd: y yo, con una velocidad de reacción sólo equiparable al Halcón Milenario llegué hasta el hombrecillo, apartando gente a diestra y siniestra, y me hice poseedor de sendos pases de cortesía. Luego de hacer un breve, pero estimulante, bailecito de victoria, noté que la función era para ese mismo día (yo pensaba que serían para el viernes que es cuando suelen estrenarse los films) y que además comenzaba en menos de un minuto, así que corrimos a la sala justo a tiempo para ver cómo se apagaban las luces y Tim Burton nos regaba la cara con esta caja de Pandora sangrienta. Si ya la anécdota de cómo entramos a verla es divertida, quiero decirles que la película estuvo a la altura de las expectativas. Dejemos claro de una vez: Sweeney Todd es una Maravilla. Es puro gozo cinematográfico y eso que no me gustan los musicales, pero ahí tenemos la banda sonora cortesía de Bit Torrent. Y aunque Helena Bonham, Alan Rickman y el Deppster no decepcionan (hell, they never), el show es hurtado por los actores secundarios Timothy Spall y Borat. Véanla y en pantalla grande, que espectáculos de esta calaña escasean en los multiplexes. Tim Burton ha llevado lo gótico hasta sus últimas consecuencias y como público se lo agradecemos, porque su habitual gótico light no aplica para esta historia de venganza y puñaladas traperas. Si me permiten, los dejo con esta comparación: Sweeney Todd es a Tim Burton, lo que en su momento Mulholland Drive fue para David Lynch: una película tan estupenda que hace parecer el resto de sus filmografías como prácticas para llegar a esta perfección. Bueno, Todd no es perfecta, pero que importa.
Escuchen: El sábado siguiente fuimos a ver la de los Coen y la de P.T. Anderson. No voy a extenderme porque mucho se ha hablado ya (y después de los oscars, todos muy bien entregados cabe mencionar) no veo el sentido. Lo que sí quiero acotar es que estas películas marcan un cénit de madurez para sus directores. Paul Thomas se marca un golazo con su versión de Oil!, enfocando toda nuestra atención en esas ollas de presión que son Daniel Day Lewis y Paul Dano. Las expectativas que llevé a la función eran altísimas y no me decepcionó. P.T. sabe que el material no requiere de alardes narrativos (aunque no faltan sus cartas bajo la manga) y logra el tan difícil (pero necesario) "menos es más": depura las imágenes de excesos y el montaje de pomposidad (factores que me vacilo en Magnolia, pero eso ya es cuestión de gustos). Su instinto le hace acreedor (porque estamos en época de dar premios a mansalva) del "anti-farsante del año" y There Will Be Blood, he de decir, es lo mejor que he visto en el cine en mucho tiempo. No cuento más sobre su historia ni sobre sus temas ni alegorías. Creo que es mejor disfrutarla sabiendo lo menos posible. Eviten leer reseñas y ver trailers (práctica que me ha ganado unos cuantos "piropos" por parte de mis amigos) y acérquense a un cine (o DVD pirata, lo que alcance la cobija) a verla, pues.
Los Coen también se superan a sí mismos como directores, y eso que tienen en su haber la mejor película de todos los tiempos The Big Lebowski (bueno, reconozco que exagero un poco, pero no me van a negar que es una preciosidad). Hablando en serio, no me gusta que comparen No Country con Fargo, así que la alquilé y vimos de nuevo para refrescar la memoria y formar una opinión no diluida por el paso del tiempo. Obviamente se parecen en un nivel superficial, pero Fargo tiene momentos genuinamente cómicos que ayudan a liberar el estrés del peo en el que se están metiendo los personajes, y su más reciente creación no es tan consentidora con nosotros. Recuerden que es una adaptación de Cormac Mccarthy, un autor que no titubea para decir las cosas como son. Me han sorprendido los comentarios de la gente, que odia el final de esta película, así que con perdón de quienes no la han visto y no tienen el sentido común necesario como para saltarse este párrafo y por consiguiente dejarse arruinar el cuento, otorgo mi humilde interpretación de los hechos: Lewellyn Moss es asesinado por los capos mexicanos, pero el botín se lo lleva Javier Bard...Chigurgh, quien, salvo por la fractura de brazo más espectacular ever, sale mejor parado en todo este rollo. Quien queda bastante jodido es el sheriff Ed Tom, durante su primer día como jubilado y ante las puertas de una verdadera crisis existencial: el mundo está cambiando para mal y él no lo podrá detener. Le ha fallado a sus ancestros (abuelo, tío y padre, todos hombres de ley) porque este nuevo mal es indetenible. En efecto, estamos ante un país que no es para viejos, primero porque no les da oportunidad de llegar a viejos, y si tienen esa "suerte" se ven forzados a doblegarse ante unos jóvenes que desvían las riendas hacia rutas infernales. Baso mi opinión en dos hechos: el primero, que la película está ambientada en plena transición de los años 70s a 80s, y desde entonces no hemos hecho sino violentarnos más explícitamente como cultura; segundo, que Mccarthy emplea alegorías bíblicas en sus libros, con lo cual no veo que este sea una excepción a la hora de entresacar significados.
Resumiendo un poco la grandeza de los Coen (joder, y esto se suponía que era un paredón contra farsantes... ahora se ha vuelto un love fest, pero qué puedo decir? veo High Art y quiero compartir) ... ejem... volviendo a los hermanos, sólo quiero decir que su oscarizada película es muy distinta del resto de su filmografía: claro que hay matices aquí y allá, por algo son quienes son, pero ya no hay necesidad del chistecito, de las referencias... No Country se aguanta por sí sola con una actitud de "esto es lo que es y lo que hay" le guste a quien le guste. Más vale que les guste. No es sólo el dream team de actores y personajes, ni la trama laberíntica, es el alma de esta película la que la hace grande. Ya saben...
Aun no he visto Sweeney, ni Blood. Pero si la de los cohen. Yo entendi lo mismo que tu al final de la de los Cohen, pero ciertamente, te deja desconcertado en un momento. Toma su tiempo llegar a ello. Leí un review de un cineasta de los setenta, Paul Mazorsky, Wazorsky o algo así, diciendo que el sheriff tenía Alzhaimer y que toda la peli, era una invención de su caótica imaginación...Todo el mundo tiene una teoría distinta.
ResponderBorrarTodas geniales!!De Sweeney hasta me estoy aprendiendo las canciones. Paul Thomas Anderson se reinvindico conmigo. No Country for old men, muy bien llevada al cine por los Cohen, que más decir que la interpretación es libre, pero creo más en Corman y su siempre desesperanzadora visión de la sociedad. Por cierto The Road es excelente, y por allí van los tiros!!!
ResponderBorrar- Geo
Solo vi Sweeney y me pareció genial!!! Dato anecdótico: el sonido era burda de malo en la sala, cuando salí a informarle al responsable del cine, amablemente me explicó que no era un problema de sonido, que en realidad la peli era así: una "opera" (???!!!... Plof! al estilo condorito)
ResponderBorrarFer: no sé qué me da más risa: la "ibnorancia" del responsable del cine, o imaginarme tu cara de ponchado.
ResponderBorrar"opera".... Jajajajaja, Qué fuerte!