Hoy me desperté más temprano que de costumbre, me puse a ordenar los cds de casa y caí en cuenta que de unos buenos años para acá, casi todos son copiados. Es más, en estos diez meses que van del 2008 he comprado sólo cuatro. Para los curiosos: Sleater-Kinney (The Woods) porque costaba 5,95 €; Nine Inch Nails (Ghosts) porque es NIN; Kevin Johansen (The Nada) porque fuimos al concierto y me provocó apoyar a este talentoso tío (la reseña viene en camino); y We All Fall (la maqueta de una banda local) porque el baterista es pana y sólo costaba 4 euros.
¿Y cuántos me he bajado de internet? Más de los que tengo tiempo de escuchar. (Aprovecho para recomendar Momofuku de Elvis Costello). Es un vicio y no siento el menor remordimiento por hacer esto.
Para poner las cosas en perspectiva (bueno, en MI perspectiva), les invito a viajar unos 15 años en el tiempo hacia Venezuela, mi país (¿sigue siendo"mi país? Sur o no Sur... en fin, divago).
Escuchen,
Muchos detractores de las descargas de internet vienen del primer mundo. Cuando yo era un jovenzuelo QUERÍA tener los discos, y no es que el dinero no me alcanzara (por supuesto que no me alcanzaba para comprar todo lo que quería - algo que agradezco dados los pueriles gustos musicales en vías de desarrollo que tienen todos los muchachos entre 12 y 18 años, por poner una edad). Lo que pasaba era que no se conseguían los discos.
Me tocó vivir la época de secundaria en Barquisimeto y en las tiendas no se vendían sino discos de Guns n' Roses y Nirvana. ¿Sonic Youth? más probable era ganarme el premio gordo del Kino Táchira. Recuerdo que para "tener" el primer álbum de Pearl Jam tuve que perseguir a un coñodesumadre del colegio como 3 grados mayor que yo porque era el único afortunado que lo tenía en cd. Había que entregarle un cassette y pedirle que te lo grabara en nombre del rock. A veces te pedía que le brindaras algo en la cantina; otras no te pedía más nada, pero se tardaba años en devolvértelo. Ese día llegabas a casa derechito al reproductor y adelantabas hasta el final del Lado A a ver si el mojón había tomado la precaución de no cortar una canción por la mitad.
Hasta donde yo sé, nadie nunca tomó esa precaución.
Pero uno era feliz con su arsenal de cassettes magnum, todos choreados de sus papás y regrabados hasta la saciedad. Si de algún modo se pudiesen desenterrar las capas de grabación de las cintas magnéticas de cualquiera de esos cassettes, tendríamos una alucinante (y si, muy bochornosa) memoria antropológica de nuestra adolescencia. Para los curiosos, la mía iría más o menos así: "Merenguito mix" a los 10 años; Roxette a los 11; Vanilla Ice a los 12 (don't fucking ask); Iron Maiden a los 13 (hey, me siguen gustando los discos más viejos); Nirvana a los 14. A los 15 abrieron una tienda de alquiler de cds (¿rockets? ¿alguien?) y la cosa mejoró bastante. Pero seguía teniendo todo en cassette.
Esa tendencia a grabarlo todo mutó hacia los discos quemados una vez que dicho proceso se hiciera asequible. En otras palabras, que lo normal siempre ha sido tener una copia y no el original.
Volviendo a los detractores del primer mundo, quisiera dejar claro que sus discos no llegaban a países cagados como los de uno. ¿Qué se supone que debíamos hacer? ¿Viajar a Miami a comprarlos? Gracias a Napster y Bit Torrent, por mencionar sólo dos, tuvimos la oportunidad de "escuchar" la música que queríamos pero no teníamos forma de obtenerla. Fuck you, Lars Ulrich, btw.
Otro punto en este sermón es la calidad de los discos que sí se conseguían. Hubo unos años en los que se editaron discos en Venezuela. Y se hacían como todo en el país, a los coñazos. Recuerdo que cuando compré el disco negro de Metallica (once again, don't fucking ask) abrí la caja y el "librito" consistía en una hoja doblada por la mitad. Su resplandeciente blanco papel bond se mofaba en mi cara. No tenía mini poster, ni letras, ni un carajo. Hago un inciso para decirles que esta historia tuvo su final feliz: intercambié mi librito chimbo por el de verdad a un pequeñajo vecino, como condición para grabarle algún cassette. Bueno lo del final feliz fue para mí.
Algunos cds venían con la carátula mal impresa. Y el diseño del disco en sí era reemplazado por "un copy-paste" todo en negro, en el que no faltaban el logo de Rodven y el infame slogan "el disco es cultura".
Y costaban igual que los importados.
Para mayor agravante, (poner vocecita de Joe Pesci en Arma Mortal 2:) cuando no te jodía la disquera, te jodía la discotienda (fin de la vocecita). Una vez fui a comprar The Joshua Tree y en la tienda quedaba sólo uno, de edición nacional. Como no quería pagar por él, me dijeron que la semana siguiente llegaría ese mismo disco pero importado, y que si lo compraba podía ir a cambiarlo luego por el otro.

¿Verdad que mi incredulidad da pena ajena? Fast forward a octubre de 2008 y aquí tengo mi Joshua Tree chimbo. Tanta fobia le agarré que no me provocó comprar la edición aniversario con los extras (tema del que hablaré en los próximos párrafos).
Una vez vi un disco de Cake (Comfort Eagle) a 1,99 euros y lo compré aunque ya lo tenía. Sentí la necesidad de hacerle saber a la tienda que si rebajasen los cds ese precio se los compraríamos siempre (eso y que NO SE LOS COMPRAREMOS mientras cuesten 18 euros, de los cuales 16 serían para la tienda y 2 para repartir entre el artista, la disquera y los intermediarios).
En otra ocasión fui a comprar uno de Pearl Jam (Riot Act) y al llegar no me lo quisieron vender. La razón: no lo habían inventariado aún:
Yo: "Bueno, apunta ahí que vendiste uno"
La tienda: "Es que el que hace eso no está hoy"
Yo: "Pero ya vine hasta aquí. Te recuerdo que hace un par de horas llamé para asegurarme y ustedes me dijeron que podía venir a comprarlo"
La tienda: "Tendrá que ser mañana. Hoy no te lo podemos vender"
Con el tiempo cayó la hegemonía de las discotiendas y sus servicios (y ofertas) mejoraron un poco (poquito). Entonces, las disqueras volvieron a jodernos. Esta vez con re-ediciones.
Resumiendo, como la canción de la pulga y el piojo, ya no es que se consigan o no, que sean de buena calidad o no, que te los quieran vender o no, que sean caros o no... ahora resulta que sacan "ediciones especiales" DESPUÉS que uno ha comprado el disco, tentándote (patéticamente) a que pagues de nuevo por el mismo producto. ¿Entonces cuál es la lógica? ¿Esperar un par de años por si sacan uno mejor? Y mientras espero ¿puedo bajármelo? ¿iTunes? No gracias.
¿Saben una cosa? Estoy cansado de que me traten como aquel tipo del colegio que tenía "Ten". ¡Viva la Download, Señoras y Señores!
Mientras nos tengan ninguneados pensando más en el dinero que en los fans, van a tener lo que se merecen.Pues las disqueras cuentan con la aprobación de los artistas para su discos mejorados o con extras. Si compro, y es mucho decir por los precios tan caros, que compense, no que cada mes salga uno mejor...
ResponderBorrarDebo decir que me estoy riendo mucho de este texto, jajaja. Ahora me hiciste sacar mi caja de cassette y descubrir mi pasado adolescente intercambiando cintas. Recuerdo el disco negro de Metallica que pasó por todo mi salón y aún conservo esa grabación "original", claro porque todo el mundo lo copiaba de mi copia inicial.
ResponderBorrarBuen texto Carlos, te felicito mucho.
Parece que todos en Madrid se han contagiado con el virus Johanssen (está muy bien que suceda)... píllate "Sur o no Sur" (el disco), creo que junto a "The Nada" es el más fino de todos.
ResponderBorrarLuego, respecto al texto, varias cosas:
* Rocket CD Music era tremendo! Recuerdo que había un enorme afiche de "Be Quick Or Be Dead" que nunca me quisieron vender los muy hijos de puta.
* En algún momento, "Era Musical" vendió las reediciones de todos los discos de Iron Maiden (1980-1993), que venían con el álbum y un CD extra con los B Sides a 4500 bolívares. Estoy hablando del año 1993... 2 discos a 4500 Bs, sin duda alguna, el mejor momento de la industria discográfica en Venezuela, al menos desde mi perspectiva.
* Antes del milagro de "Era Musical", te pido que hagas memoria. A qué casa me iba con unas cuantas cintas Maxell para grabar discos de Iron Maiden? A la tuya, claro. No se me olvida ese reproductor de cassette que tenían (creo que estaba en la sala, entrando a mano derecha en la parte baja de un mueble de madera). Allí grabamos "Live After Death" y si mal no recuerdo, "A Real Dead One". I miss those days.
* Creo que la otra razón por la cual nos encantaban las cintas en los 90's era porque los carros que nos prestaban nuestros padres (o que les robábamos de vez en cuando) sólo tenían reproductor de casette. Cuántas veces no fuimos a Blockbuster de Cabudare escuchando (en casette) el disco "Smash" de Offspring? Many, many times my friend :)
* Respecto a las reediciones... me duele decirlo, pero quizá una de las bandas más miserables en ese departamento sea Iron Maiden. Da pena ajena sacar la cuenta de los discos de greatest hits que han sacado en los últimos años. Para los curiosos (y haters de la banda): "Beast of the Beast", "Ed Hunter", "Edward The Great" y "Somewhere Back In Time", casi todos con las mismas canciones. Son unos cabrones.
* Lo único bueno de las ediciones venezolanas (en vinil) es que normalmente están tan mal hechas que los coleccionistas pagan fortunas por esas "rarezas". El "Maiden Japan" venezolano está en el top 10 de LP's más buscados, la versión venezolana de "Led Zeppelin III" tiene una portada diferente, con pinticas rosadas, que lo convierte en una rareza y la lista sigue y sigue. Algo de dinero podemos sacarle.
En fin, buen texto Charlie. Keep'em coming.
Un abrazo!
Toda la razon amigo, tanta pirateria y los grandes viven en el yate, en las fiestas y con sus mercedes..........y luegocon decir que no ganan dinero, que no venden, y yo con mis mil euros mensuales se supone que despues de hipoteca comer pagarr facturas les tengo que comprar sus lindos cd originales.
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