El fenómeno de las ya infames culebras en el avión es de pronóstico reservado. Como muchos sabrán, esta es la primera película que tuvo fans antes de su estreno. Las nuevas Star Wars y El Señor de los Anillos no cuentan porque venían de otros medios. Internet ha sido el parque de juegos de miles de personas que gastan su tiempo de ocio (interminable al parecer) en discutir escenas que aún no han visto, en crear afiches promocionales y slogans, concebir secuelas y hasta diseñar camisetas. Saben qué? adoro esta película y todavía no he podido verla.
Mi opinión sincera es que debería estudiarse como fenómeno social y mediático. Demonios, deberían enseñar esta vaina en las universidades. Pero antes de pasar por ingenuo déjenme explicar.
Primero, La expansión de internet. Ya sabemos que la red no es más que una super tienda que vende de todo. Su evolución apunta a esto. Aceptémoslo como tal. Ahora bien, Snakes ha abierto una nueva y fresca ramificación del marketing; tal vez por casualidad, pero ya está aquí. Hace unos años, sólo the Blair Witch Proyect había logrado canalizar la red para generar un furor y una subcultura: y hoy es ejemplo de creatividad publicitaria. Claro, los detractores han apuntado que el apoyo de la comunidad internetera no necesariamente se extrapola a la población en general. NO CREAN ESTO! Esos comentarios vienen de los autoapuntados "analistas de mercado" de Estados Unidos, quienes dicen que Snakes es un fracaso sin querer entender que TODO EL MUNDO tiene internet, no solamente los gringos. Coño, es posible que los "fans" estén desperdigados por varios países: ¿por qué tienen que estar todos dentro de los EE.UU? respuesta= porque para los EE.UU fuera de sus fronteras no hay más que monte y culebras. Culebras... Volviendo a la expansión de internet, voy a ir sin rodeos y dejarles esta joya: Snakes hizo para internet, lo que hizo Orson Welles con La Guerra de los Mundos para la radio.
Segundo, guiones por brainstorming. Desde el anuncio de su filmación, Snakes cobró vida paralela en las mentes de los ociosos quienes, enloquecidos con lo impúdico de su título, comenzaron a maquinar los detalles de esta película. El estudio New Line Cinema les prestó atención y ordenó la filmación de nuevas escenas que estuvieran a la altura de las expectativas. Incluso agregaron la frase del año en boca de Samuel L. Jackson. Ahora bien, no me vengan con el asco que les da que pisoteen el arte con opiniones de personas que no tienen ni idea. Primero, el arte en las películas de hollywood es qué? ron howard? michael bay?... ojalá pudiéramos opinar. Sólo piénsenlo. También puede argumentarse que los estudios se aprovechan de la gente, pues no les pagan por las ideas que aportan. ¿Acaso alguien te ha obligado? Ese es peo de cada quien. Tercero, eso no significa que ahora TODAS las películas se van a hacer así, es más, los ejecutivos odiosos han ponzoñeado toda la diversión con otra justificación del fracaso de Snakes on a Plane, pues estimaban 30 millones de dólares y sólo recaudó 15 en su primer fin de semana. Vaya, que triste se está volviendo el mundo donde la cultura sólo significa cuán grandes son los números que arroja. Detalles como los cambios sociales o las ideas que pueda aportar (ya no hablo de Snakes sino en general) son insignificantes si la suma de recaudación es baja. Pero qué es esto? un concurso de quién lo tiene más grande? Si esto fuera cierto, entonces Scooby-doo sería una de las mejores películas de todos los tiempos. De hecho, ya han descalificado su estrategia de ventas, haciéndonos saber (o creer) que no se repetirá en el futuro. Nos quedaremos sin ver "The Chuck Norris Facts".
El farsante de hoy es el mundo: es quien cree en las razones de los detractores, es quien mide la música por los discos que vende, es quien desestima lo nuevo, es quien se cree superior a otro por ser un "experto". El fracaso es de quien se niega a interesarse por el fenómeno. No hablo de ir a ver la película, ni menos de que guste o no. Hablo de un fenómeno genuino que ha hecho más que cualquier película escapista en los últimos 10 años: IMAGINAR. Traten de asimilar lo potente de este verbo. ¿Qué será del futuro no sólo del arte, sino de la ciencia, en manos de niños que crecen hoy sin imaginación, con todo dado en bandejita? Snakes ha revertido el rol pasivo del espectador. Probablemente sin intención, pero ahí está. ¿Cuál es el fracaso entonces?
Finalmente, asumo que me decepcionaré al ver "Snakes on a Plane" por lo imposible que debe ser superar la diversión de reir con cientos de payasadas creadas y compartidas por tantos ociosos en internet. Todo el asunto deja un agradable sabor. Tengan en mente que no hablo de un entretenimiento sofisticado y además, los films no son más que historias de duran 2 horas. No le cambian la vida a nadie y no hay una que sea imprescindible. Puedes morir tranquilamente sin conocer a Kurosawa o Kubrick. Creeme, todo estará bien.
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