14 febrero 2007

"Me encanta ver las caras desencajadas de los familiares en los funerales"

MADRID.- El preso etarra José Ignacio de Juana Chaos ha iniciado una nueva huelga de hambre, ante las noticias que apuntan a que podría ser condenado por la Audiencia Nacional a 12 años y 6 meses de cárcel por la comisión de dos delitos de amenazas terroristas.


¿12 años por una amenza? ... Vamos a ver, que hay más:


Este personaje fue detenido, junto a otras joyas, el 16 de enero de 1987, durante una operación policial en Madrid. En el plazo de un año había matado a 25 personas en 11 atentados. Desde entonces, Juana Chaos ha estado recluido en las celdas de diversas prisiones. En 1998, escribió: "Me encanta ver las caras desencajadas de los familiares en los funerales. Aquí, en la cárcel, sus lloros son nuestras sonrisas y acabaremos a carcajada limpia. Esta última acción de Sevilla ha sido perfecta; con ella, ya he comido para todo el mes."


Aunque fue condenado a más de 3.000 años, en febrero del año pasado iba abandonar la cárcel de Algeciras. Y es que en España, por ley, no se pueden cumplir más de 20 años encarcelado. Saquen ustedes la cuenta. La única razón por la que este tipo sigue preso se debe a que la Audiencia Nacional le imputó un delito de amenazas terroristas y de pertenencia a la banda armada ETA por haber escrito dos artículos que fueron publicados en el diario 'Gara' en diciembre de 2004.

Al ver que no iba a salir de la cana, nuestro personaje se declaró en una huelga de hambre "hasta las últimas consecuencias". Con ella se quitó 14 kilos, perdiendo su oportunidad de desfilar en la Pasarela Cibeles por lo flaquito que se ha quedado. Justifica esta "medida de presión" con el argumento que ya ha cumplido su pena (20 años por 25 muertos y decenas de heridos, vamos, lo justo), que no ha cometido más delitos (coño, que mérito!) y que el alargamiento de su condena es una "injusticia" (además, con complejo de Calimero).

El showsito le ha servido. De 12 le dejaron 4 años, no más, supongo que porque está tan menudo que da pena, o más bien porque desde el gobierno están acojonados con las respuestas de sus secuaces, que son para coger palco, comenzando con una nueva escalada violenta en las calles del País Vasco y Navarra. Hay que aclarar que es bastante inquisitorial (y "Bushiano") pretender encarcelar a una persona por sus opiniones. Pero está claro que no se arrepiente y que, por el contrario, enaltece sus acciones.

A mi me huele a reincidencia.

Y además, no se si lo había mencionado, pero 20 años por 25 muertes no es suficiente, joder!!!

Toda esta triste historia es una muestra de que nuestros gobiernos no tienen ni la menor idea de cómo combatir el terrorismo. Bush combate fuego con fuego (y desde Irak le responden: "dame más, guevón, que el plomo me nutre). En España, se meten todos el rabito entre las piernas porque este pájaro ha despertado las alarmas de los grupos de derechos humanos oportunistas, que: o no tienen dos dedos de frente, o no tienen familiares muertos por ETA.

Opino que deberían extraditar a todos los etarras, como en su momento intentó Colombia con los narcos, a los Estados Unidos, y no porque sean la policía del mundo, sino porque la idea de caer en Guantánamo debería ser lo suficientemente acojonante como para pensarse dos veces antes de mandar un sobre bomba. Otra de las leyes en España es que quien cumple condena debe hacerlo en una cárcel de su provincia, es decir, que los etarras deberían estar presos en el País Vasco, donde todos sabemos que estarían consentiditos en sus celdas y aclamados por ciudadanos (no todos, seamos justos) que son etarras de closet.

Si alguien matara a alguien de mi familia y le cayeran 20 años, sentiría que no se hizo justicia. En España no se hace justicia, y no se hará mientras se dejen impresionar por amenazas fantasmas como las de José Ignacio de Juana Chaos.


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