La semana pasada dimos con una pequeña obra maestra llamada Persépolis, cuyo nombre les sonará del reciente festival de Cannes. Sin embargo, hablo del libro (o cómic). Aunque Persépolis es una autobiografía, uno no puede evitar identificarse, al menos en los razgos generales, con la historia de Marjane Satrapi. Les cuento un poco.
Todo comienza en Teherán, Irán. Es 1979. Ayatollah Khomeini lleva las riendas de un Estado teocrático, pero son los ciudadanos (y los temibles guardianes de la revolución) quienes ejercen con mayor fervor un islamismo extremo.
Marjane crece bajo el cuidado de sus padres, una pareja acomodada, quienes llevan una vida laica y la educan para que luche por mantener su identidad y sobretodo su valor como mujer, tanto en Irán post revolucionaria, como en todo el mundo.
Y así comienza una historia sobre el crecimiento personal y la defensa de la identidad propia. No es un camino fácil, pues está obstaculizado por la opresión política, pero la familia Satrapi se las arregla para mantenerse fiel a sus principios. Antes de terminar, quiero dejar claro que Persépolis no es ni la mitad de sórdida que cabe esperarse. Satrapi escribe con inteligencia y foco, humanidad y sentido del humor. No es monótona, ni autocompasiva; tampoco sarcástica.
A continuación, un pequeño avance de la película:
Esto, señores y señoras, ha de ser leído. Y luego, visto.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario