16 septiembre 2007

ramblings del mes: septiembre

Hola. Voy a presentar una nueva "sección" de este blog, que no es más que un agrupamiento de varios despotriques mensuales sobre el mundo que nos rodea. Ya lo hice en agosto, aunque de modo menos pomposo, cuando hablé del Wilhelm Scream y Owen Wilson. Y es que como leerán a continuación, el planeta se nos podrá venir abajo con terremotos, polución, accidentes, niñitas inglesas creídas secuestradas pero en realidad asesinadas por sus padres y películas mal dobladas, pero aquí de lo que se discute (de modo unilateral) es el pop.
Si hay un mes en el que coinciden los cumpleaños de más personas, ese mes es éste. Rebovina nueve meses y llegas a la Navidad. Saca entonces las conclusiones. Sin embargo, desde hace 6 años, los continentes se unen a llorar porlas víctimas del 11 de septiembre (y a las de los demás países qué?). Pero en fin, lo que quiero comentar es que el día que agarren a Osama, tendrán que hacerle una gira mundial para que todos podamos lincharlo un poquito. Y no lo digo por las torres, sino por la caja de pandora que abrió en el tema de seguridad aeroportuaria. Como sigan jodiéndonos con lo de los 10cc de líquido y demás idioteces, capaz y terminan por decomisarnos cuanta vaina llevemos a mano y obligándonos a ponernos esos vestiditos 3M que usan los pacientes en los hospitales: vaya imagen, la gente abordando en estado de pulcritud, seguridad y culos al aire.

Hace unos meses, mi esposa y yo viajamos a Venezuela y experimentamos la paranoia. Al regresar, les dije al personal de la aerolínea, que con una cuerda de la guitarra que metí en cabina hubiese podido ahorcar a alguien si esa fuera mi intención, después de todo, por más que nos quiten, siempre se pueden inventar chuzos con lo que sea. También nos llevamos al gato, pero ese es otro cuento para otro momento.

El problema está en que no piensan más allá de la caja. El próximo ataque terrorista no tendrá aviones, pues igual entrenan koalas asesinos con metralletas láser. Lo que quiero decir es que poco hace el que se compra un extinguidor después de que se le quema la casa. Eso no te garantiza nada, pues habrá que ver qué ocasionó el incendio, y comprobar ahora si la casa está protegida contra ladrones, tifones, cadenas presidenciales... esas cosas. Disculpen el rollo sermón.

Mi solución a la pesadilla aeroportuaria: modificar aviones con 2 nuevas carácterísticas. La primera, una entrada aparte para los pilotos, es decir, que no haya forma de comunicar la cabina de mando con el resto del avión. Amplíenles el espacio si hace falta, pero no ponga puerticas ni cortinitas. La segunda: así como tienen las mascarillas de oxígeno para casos de descompresión (y escenas espeluznantes de la gran pantalla), pongan unos rociadores de gas adormecedor y punto. Si algún pasajero se levanta de su asiento con ganas de jihadear, duermen a tutilimundachi y aterrizan sanos y salvos, con el susodicho en cuestión en bandeja para ser apresado, interrogado, torturado, etc. Las aerolíneas sólo tendrían que hacernos firmar una autorización de dormirnos en caso de peligro extremo para que luego no los demandáramos o lo que sea. Yo firmaría. Sería el punto final a la tocadera de pelotas y cada quien podría subir al avión con lo que le diese la gana, dentro de lo razonable, claro.

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